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Guía para padres de familia sobre el preescolar Montessori
El PROPÓSITO DE LA EDUCACIÓN MONTESSORI La Dra. Montessori sostenía que ningún ser humano puede ser educado por otra persona. Cada individuo tiene que hacer las cosas por sí mismo porque de otra forma nunca llegará a aprenderlas. Un individuo bien educado continúa aprendiendo después de las horas y los años que pasa dentro de un salón de clase porque está motivado interiormente por una curiosidad natural, además del amor al aprendizaje. La Dra. María Montessori pensó, por lo tanto, que la meta de la educación infantil no debe ser llenar al niño con datos académicos previamente seleccionados, sino cultivar su deseo natural de aprender. Este propósito se alcanza de dos maneras en el aula Montessori: primero, permitiendo que cada niño experimente la alegría de aprender por sí mismo en lugar de ser obligado; y segundo, ayudándolo a perfeccionar todas sus aptitudes naturales para aprender, para que así esta habilidad esté presente al máximo en futuras situaciones de aprendizaje. Los materiales Montessori tienen este doble propósito al largo alcance, además de sus propósitos inmediatos de dar información al niño.
LA IMPORTANCIA DE LOS PRIMEROS AÑOS En “La mente absorbente” la Dra. Montessori escribió: “El periodo más importante de la vida no es la edad universitaria, sino la primera edad; esto es, el periodo entre su nacimiento y la edad de los seis años. En este periodo se forma la inteligencia del hombre, su gran atributo. Pero no solo su inteligencia, sino la totalidad de sus poderes psíquicos. A ninguna otra edad el niño necesita más de una guía inteligente, y cualquier obstáculo que impida su trabajo creativo, disminuirá la oportunidad de que este alcance su perfección”. Estudios psicológicos recientes han confirmado las teorías de la Montessori. Después de analizar varios de esos estudios, el Dr. Benjamín Bloom de la Universidad de Chicago escribió en “Stability and Change in Human Characteristics” (Estabilidad y Cambio de las Características Humanas): “Desde el momento de la concepción hasta la edad de los 4 años, el individuo desarrolla un 50 % de su inteligencia madura; de los 4 a los 8 años el niño desarrolla otro 30%... Esto nos da una idea del crecimiento acelerado de la inteligencia en los primeros años de vida y de la posible gran influencia del medio ambiente en este desarrollo”. El Dr. Bloom está de acuerdo con la teoría de la Dra. Montessori, que afirma: “El medio ambiente tendrá un impacto máximo durante el período de mayor crecimiento de una característica específica”. Citemos un ejemplo muy extremo: una dieta de hambre no afectará la altura de un muchacho de 18 años, pero sí podría dañar severamente el crecimiento de un bebé de un año de edad. Ya que el 80% del desarrollo mental de un niño ocurre antes de que cumpla los 8 años, la importancia de tener condiciones favorables durante estos años es innegable.
¿A QUÉ EDAD? Aunque la edad para entrar a la escuela por primera vez varía de escuela a escuela, un niño puede empezar en la escuela Montessori desde que sus padres observen una necesidad de salir de su casa y convivir en un ambiente enriquecedor fuera de casa. El niño empezará con los ejercicios más simples basados en actividades que todos los niños disfrutan. El material que el niño usa lo ayudará a desarrollar su concentración y hábitos de trabajo, que necesitará para efectuar ejercicios más avanzados a los 5 o 6 años. Todo el programa del aprendizaje de un niño en la escuela Montessori está estructurado con un propósito. Por lo tanto, no se pueden esperar resultados óptimos si un niño pierde los primeros años del ciclo escolar, o si es alejado antes de que termine los materiales básicos ya citados. Los padres deben entender que una escuela Montessori no es una guardería infantil, ni un jardín de niños que prepara al niño de la manera tradicional; al contrario, es un ciclo único de aprendizaje que está diseñado para aprovechar los años sensibles del niño hasta los seis años, cuando este puede absorber la información de un ambiente rico. Persistiendo en su interés individual dentro del aula Montessori, el niño adquiere un entusiasmo por aprender a una edad muy temprana, lo cual es la llave de su formación.
LOS NIÑOS TRABAJANDO El aula Montessori es sin duda el mundo del niño, proporcionada a su tamaño, al paso, y a los intereses de cada niño y niña de tres a seis años. Está diseñada para que se sientan a gusto dándoles libertad en un ambiente preparado con materiales atractivos. Estos materiales están colocados en repisas bajas para facilitar su acceso hasta a los niños más pequeñitos. Las mesas y sillas del salón de clase se pueden mover de un lado para otro, permitiendo así que se disponga de ellas según las actividades que se tengan. Los niños también trabajan en pequeños tapetes en el piso, donde ellos se encuentran muy a gusto. Los materiales Montessori dentro del aula, se pueden dividir en tres grupos principales: los Ejercicios de Vida Práctica, que son con los que comienzan los niños de un año y a los tres años en adelante; los Materiales Académicos, que se despierta el interés en el niño por la lectura, aritmética y geografía.
COMPORTAMIENTO DE LOS NIÑOS En un aula Montessori hay siempre una constante actividad, ya que el uso de los materiales requiere varios movimientos, como: caminar, cargar, verter, hablar, y en particular el uso constante de las manos. Sin embargo, todas las actividades están dirigidas hacia el respeto por la guía, el respeto por el trabajo de los compañeros, y el respeto por los mismos materiales. La Dra. Montessori nunca igualó el buen comportamiento con el silencio y la inmovilidad. La autodisciplina, señaló, debe de ser adquirida gradualmente por medio de la absorción en una labor con propósito. Cuando un niño no se comporta bien dentro del salón, la guía lo ayuda a escoger el trabajo que más absorba su atención.
UN AMBIENTE SIN COMPETENCIA La Dra. Montessori creía que la competencia en la educación se debería introducir solo después de que el niño ya tuviera confianza en el uso de conocimientos básicos. La Dra. Escribió: “nunca hay que dejar que el niño se arriesgue a fracasar hasta que tenga una oportunidad razonable de triunfar”.
LOS EJERCICIOS DE LA VIDA PRÁCTICA La Dra. Montessori escribió: “El trabajo del niño es crear al hombre que llegará a ser. Un adulto trabaja para perfeccionar el medio ambiente, pero un niño trabaja para perfeccionarse a sí mismo”. Esta distinción puede ilustrarse si nos imaginamos a dos personas en la playa en un día caluroso. Una de ellas es un hombre tratando de llenar un barril con arena; y la otra es un niño llenando y vaciando una cubeta con arena. Si alguien se le acercase al hombre ofreciéndole ayuda, este cedería gustosamente la pala, pero si se trata de ayudar al niño, sería inútil. Este se aferrará más a su pala, por qué el trabajo que él efectúa solo lo puede hacer el mismo. Por medio de la repetición constante de ciertos movimientos, el niño fortalece sus músculos, perfeccionando su coordinación y obteniendo confianza en una destreza particular. Nadie le dice al niño que tiene que llenar la cubeta con arena; él lo hace dirigido por una fuerza natural innata. Usando las inclinaciones naturales del niño, la Dra. Montessori estructuro varios ejercicios para el salón de clases, que ayudan a satisfacer su necesidad por efectuar una actividad con propósito. Para estos ejercicios, ella usó objetos familiares para el niño, como: botones, cepillos, trastos, agua y muchas cosas que un niño reconoce de sus experiencias en el hogar.
PREPARACIÓN SENSORIAL PARA LA ESCRITURA Muchos de los ejercicios sensoriales, por su misma naturaleza, contienen una preparación indirecta para el aprendizaje académico. Por ejemplo, el niño que ha aprendido a escuchar atentamente podrá percibir las diferencias tan sutiles en los sonidos de las letras. También los materiales geométricos son de gran importancia por qué ayudan al niño a concentrarse en las diferentes formas.
ESCRITURA En algún momento, durante los años que el niño pasa en un salón de clases Montessori, algo extraordinario sucede. Después de trabajar por un tiempo con los resaques Metálicos y con las letras de Lija, llega el día en que el niño puede formar palabras con su lápiz. Montessori le llamó a este fenómeno: “la explosión de la escritura”. Cuando la escritura comienza de esta manera tan espontánea, el niño se ahorra muchas horas tediosas de esfuerzo forzado. Escribir es divertido porque él ya tiene control; la repetición que necesita para desarrollar limpieza y estilo no le cansa.
DESARROLLO DE LA LECTURA Poco a poco el niño va aprendiendo palabras más complicadas, palabras de dos y tres sílabas, trabajando con una variedad de ejercicios de lectura que le ofrecen la oportunidad de escoger entre ellos y no por medio de la representación monótona de uno solo. También el niño tiene a su disposición una gran variedad de libros que le ayudaran a practicar la lectura. Se le anima a leer a cada niño acerca de cosas que le interesen, sin dejar de seguir su propio ritmo. Algunos niños empiezan a leer a los 4 años, otros a los 5 y unos hasta los 6. La edad no es tan importante como el momento propicio en que cada niño empieza a leer. Si un niño empieza muy pronto, puede suceder que no se le dé la libertad necesaria para continuar. Si se le obliga a espera, su periodo de interés pasa, y pierde esa oportunidad dorada que es cuando él se siente impulsado por su entusiasmo natural.
GEOGRAFÍA, GRAMÁTICA, BOTÁNICA E HISTORIA. LOS MAPAS, ROMPECABEZAS El aula Montessori ofrece muchas oportunidades a los niños pequeños para ampliar sus conocimientos durante los años en que están motivados por su interés espontáneo. Los mapas rompecabezas son una de las actividades más populares del salón de clase. Los mapas son de madera, bastante grandes y cada parte tiene una perilla en su superficie para facilitar su colocación dentro del marco correspondiente. Al principio, los niños usan los mapas simplemente como rompecabezas.
LA LÍNEA DEL TIEMPO Montessori ofrece a los niños una presentación concreta de la historia de la línea del tiempo. La línea del tiempo es una tira muy larga de papel que se puede desenrollar y extender en el piso del salón. La línea está dividida en segmentos que representan los diferentes periodos consecutivos de la historia. Los niños seleccionan fotografías en las cuales están representados eventos históricos y las colocan en secuencia sobre la Línea del tiempo.
CÓMO APRENDEN LOS NIÑOS El uso de materiales Montessori está basado en la aptitud particular del niño por aprender; aptitud de la Dra. Montessori identifico como “La Mente Absorbente”. En sus escritos, ella comparó con frecuencia la mente joven a una esponja. La mente de un niño literalmente absorbe la información del medio ambiente. El proceso es particularmente evidente en la manera en que un niño de dos años aprende su lengua materna sin ninguna instrucción formal y sin el esfuerzo consciente y tedioso que un adulto debe hacer para dominar un segundo idioma. Adquirir información de esta manera, es una actividad natural y maravillosa para el pequeño, ya que usa todos sus sentidos para investigar sus alrededores. El niño retiene esta habilidad para aprender hasta los siete años. La Dra. Montessori dedujo que sus experiencias podrían enriquecerse en un aula en donde él pudiera manipular materiales que le proporcionan una educación básica. Por más de 60 años se ha comprobado la teoría de la Montessori que el niño pequeño puede aprender a leer, escribir y calcular de la misma manera natural en que aprende a caminar y a hablar. En un aula Montessori, el material invita al niño a aprender de esta forma por sí mismo y cuando se encuentre preparado. La Dra. Montessori enfatizo que la mano es el principal maestro del niño. Para que el niño pueda aprender debe haber concentración, y la mejor manera para que el niño se concentre es fijando su atención en el trabajo que efectúa con sus manos. (Un adulto que trabaja sin propósito en varias cosas a la vez, es una consecuencia de la falta de práctica con concentrarse en un trabajo determinado). Todo el equipo de material del aula Montessori, permite al niño reforzar sus impresiones, invitándolo a usar sus manos para aprender.
LOS PERIODOS SENSIBLES Otra observación de la Dra. Montessori, que ha sido reforzada por la investigación moderna, es la importancia de los períodos sensibles en el aprendizaje de los primeros años. Los períodos sensibles son períodos de una fascinación intensa por aprender una habilidad o característica particular tal como subir y bajar escaleras, ordenar cosas, contar o leer. Es más fácil para el niño aprender una cosa durante el periodo sensible correspondiente, que en cualquier otro momento de su vida. En Montessori, se aprovecha esta oportunidad, permitiéndole al niño libertad para seleccionar individualmente actividades que correspondan a sus propios períodos de interés.
EL PAPEL DE LA MAESTRA El aula Montessori no tiene frente, ni un escritorio para la maestra como punto focal de atención, porque el estímulo para aprender proviene de todo el medio ambiente. La Dra. Montessori siempre se refirió a las maestras como “guías” y su papel se diferencia considerablemente del de la maestra tradicional. Ella ante todo tiene que ser una gran observadora de los intereses y necesidades individuales de cada niño, y su trabajo diario está guiado por sus observaciones. La guía demuestra el uso correcto de los materiales. Observa cuidadosamente el progreso de cada niño llevando un registro de su trabajo. Está entrenada para reconocer cuando el niño está preparado para recibir una nueva lección. Algunas veces la guía tiene que distraer la atención del niño en un material que él ha escogido y que está fuera de su nivel; y otras veces tendrá que animarlo cuando se encuentre dudoso para trabajar con determinado material. Cuando el niño comete un error. Este proceso sigue el principio que la Dra. Montessori señalara: el niño aprende por medio de la experiencia.
¿POR QUÉ EDADES DIFERENTES EN UNA MISMA AULA? El aula Montessori le ofrece la oportunidad de escoger entre una gran variedad de materiales graduados; es decir, los materiales presentan diferentes dificultades conforme se va avanzando en sus presentaciones. El niño va aprendiendo, lo cual lo va llevando de un nivel de dificultad a otro. El tener niños de 3 a 6 años de edad juntos, permite que el niño más pequeño tenga una serie de modelos graduados a imitar, y que los niños mayores tengan la oportunidad de reforzar sus propios conocimientos ayudando a los más pequeños.
ACOMODANDO LAS DIFERENTES HABILIDADES El uso individual de los materiales permite el paso variado que acomoda los muchos niveles de habilidad o conocimiento dentro del aula. Un niño pequeño o lento puede trabajar por muchas semanas con el mismo material sin retrasar a los demás compañeros de clase. Los niños más avanzados, en la misma aula, pueden moverse de un material a otro rápidamente, evitando así el aburrimiento de esperar a que los otros alcancen. Los niños con un nivel alto de rendimiento están constantemente motivados por la amplia variedad y los usos múltiples de los materiales. Es un hecho bien establecido que los niños de edad preescolar maduran a diferentes etapas y sus periodos de preparación para las materias académicas varían grandemente. Algunos niños en el aula Montessori empiezan a leer y a calcular a una edad muy temprana, cuando su interés se estimula y teniendo a mano los materiales. Sin embargo, esto no es una norma entre niños muy pequeños, ni lo fue de la Dra. Montessori. Su ideal era que la experiencia del aprendizaje sucediera naturalmente y con gusto en el momento indicado para cada niño. “Es verdad que no podemos crear genios”. Escribió la Dra., “solo podemos darle a cada individuo la oportunidad de satisfacer sus potencialidades para que este sea un ser humano independiente, seguro y equilibrado”.
EJERCICIOS SENSORIALES Un niño pequeño se enfrenta al mundo que le rodea usando constantemente todos sus sentidos. Para examinar un objeto nuevo, un bebé lo mira, lo toma entre sus manos para sentir su textura y su peso, lo agita, lo chupa, o hasta trata de morderlo. Utiliza naturalmente todos sus poderes de observación. La Dra. Montessori pensó que este era el tiempo ideal para darle al niño material que le ayudará a agudizar sus sentidos, permitiéndole así entender las muchas impresiones que recibe por medio de ellos. Los materiales sensoriales en el aula Montessori ayudan al niño a estar alerta a los detalles que le ofrecen; primero, sensaciones muy contrastantes, tales como rojo y azul, y después varias sensaciones graduadas, como diferentes tonalidades de azul. El material le ayuda a conocer lo que es rojo y azul, a entender el concepto azul, y finalmente a reconocer el color azul. Cada material sensorial aísla una cualidad definida, como color, peso, forma, textura, tamaño, sonido, olor, etc. Cada uno de los materiales enfatiza cada cualidad en particular, disminuyendo o eliminando otras diferencias. Aunque los cilindros de sonido son todos del mismo tamaño, la misma forma, el mismo color, y la misma textura, se diferencian únicamente por los sonidos que emiten cuando el niño los agita.
APRENDIENDO A ESCRIBIR Para poder escribir, el niño debe desarrollar una doble habilidad. Debe memorizar la forma de las letras y sus sonidos correspondientes, además de desarrollar la habilidad muscular necesaria para controlar el lápiz. Para aclarar esta distinción, pongamos atención a lo que sucede si una de estas fases no se perfecciona. Un niño quiere escribir dado. Tiene un buen control de su mano, pero su conocimiento de las letras es todavía un poco débil y escribe babo muy claramente. Ahora, si un niño sabe todas las letras perfectamente, pero su mano todavía no tiene el control que requiere, quiere escribir dado, pero escribe babo. Algunas veces, el aprender ambas habilidades al mismo tiempo puede crear en el niño frustración y desesperación. Es muy difícil para él tratar de aprender a escribir una letra al mismo tiempo que está aprendiendo a mover el lápiz para configurar la letra. Los materiales que la Dra. Montessori diseño ofrecen al niño la oportunidad de aprender la forma y sonidos de las letras de una manera completamente independiente del perfeccionamiento de la habilidad motora. Por lo tanto, el niño en el aula Montessori aprende a escribir no solo escribiendo, sino realizando un número de actividades estructuradas con propósito, que preparan al niño directa e indirectamente para la escritura.
CONTRUCCIÓN DE PALABRAS La Dra. Montessori afirmo que el niño pequeño tiene una sensibilidad natural para el desarrollo del lenguaje, que continúa en los años que siguen al aprendizaje de su lengua materna. El niño de 3, 4, 5 y 6 años tiene una verdadera fascinación por las palabras, tanto habladas como escritas. Esta fascinación muchas veces le permite empezar a leer y a escribir antes de la edad en que se le enseña tradicionalmente.
MATERIALES DE GRAMÁTICA En el aula Montessori se le presenta la gramática al niño por medio de pequeños juegos que le enseñan que los sustantivos son los nombres de los objetos; los adjetivos describen al nombre o sustantivo, y los verbos son palabras que describen acción.
INTRODUCCIÓN A LAS MATEMÁTICAS Un niño puede aprender conceptos matemáticos básicos de dos maneras: una, utilizando materiales concretos durante los años en que disfruta su manipulación, o dos por medio de métodos abstractos cuando entre a la primaria. La Dra. Montessori demostró que, si un niño tiene acceso al equipo de materiales de matemáticas en sus primeros años, puede asimilar fácilmente muchos conceptos y cálculos matemáticos. De otra forma, estos mismos conceptos y cálculos se tendrán que aprender repitiéndolos hora tras hora de una manera completa, abstracta.
¿PARA QUÉ APRENDER A TAN TEMPRANA EDAD? Muchos padres de familia se preguntan por qué Montessori presenta la gramática, geografía y matemáticas a niños de 3 a 6 años. La razón es que los niños de esta edad absorben muchos conceptos difíciles si se les presentan
¿Y DESPUÉS DEL MONTESSORI?
Muchos padres después del preescolar escogen mandar a sus hijos a un primero o segundo grado en una escuela tradicional.
Los hábitos y habilidades que el niño desarrolla en una escuela Montessori le ayudarán por toda su vida. Le ayudarán a trabajar más eficazmente, a observar cuidadosamente, y a concentrarse más efectivamente a donde quiera que vaya.
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